Publicado el 28-07-2023 en UCC

La ansiedad en estudiantes, un fenómeno creciente

Un gran porcentaje de estudiantes universitarios sufre trastornos de ansiedad: ¿Qué es? ¿Cómo reconocerla y combatirla? ¿Cómo está la situación en nuestra universidad?

Un estudio realizado por el lnstituto de Investigaciones Psicológicas (IIPsi) y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) indica que casi la mitad de los argentinos sufrió trastornos de ansiedad en los últimos años. Precisamente, el 48% de la muestra aseguró haber pasado por esta situación entre 2020 y 2021. Los resultados coinciden con estudios realizados alrededor del mundo. En el caso de los estudiantes universitarios, las estadísticas que arrojan otras investigaciones son una señal de alerta: entre el 67,9% y el 83,64% registró la presencia de ansiedad y/o depresión. El Mag. Martín Brusa (psicólogo) y la Lic. Catalina Barale (psicopedagoga), ambos miembros de nuestro Servicio de Orientación y Aprendizaje (SOA), aportan su mirada profesional a esta temática.


¿Qué es la ansiedad?

MB: La ansiedad es un mecanismo que todos tenemos; se activa para alertar de una situación que supone un desafío mayor y nos exige poner en juego otras habilidades para resolverla. Puede dispararse ante algo desconocido, un cambio brusco de contexto, un episodio traumático, etc. Situaciones que son vividas como desbordantes. Está muy asociada al estrés. En nuestro tiempo está muy presente en la sociedad como consecuencia de la aceleración de los cambios socioculturales y la poca tolerancia a la frustración ante eventos que no podemos superar “exitosamente” (de acuerdo con un modelo social dominante).

Catalina Barale, por su parte, agrega que la ansiedad es un mecanismo de respuesta anticipatoria ante una futura amenaza; nos pone en estado de alerta ante determinadas situaciones que se perciben como peligrosas.


¿Qué indicios deberían llamarnos la atención para reconocerla?

MB: En general, las señales o síntomas se van manifestando de un modo particular en cada sujeto; no se presentan de una sola manera. Los indicios más comunes se manifiestan en nuestro cuerpo: palpitaciones aceleradas, sudoración, sueño discontinuo o cortado, cierta voracidad oral (en el comer, fumar, etc.), dolores estomacales, dolor de cabeza, mal humor e irritabilidad, preocupación constante, etc.


¿Por qué hay más casos de ansiedad en estudiantes universitarios que en otros grupos?

CB: Para lograr responder a tal interrogante debemos tener presente, en primer lugar, que la etapa correspondiente a los estudios de nivel superior convoca, en su mayoría, a estudiantes adolescentes y adultos jóvenes que están construyendo su proyecto personal de vida. Por lo tanto, llegan aquí motivados por el “deseo”, los gustos, intereses o habilidades, y no por la obligatoriedad del sistema educativo. En segundo lugar, esta nueva etapa está signada principalmente por el aumento de las libertades, la aparición de nuevas responsabilidades y de nuevas exigencias, no sólo de orden académico, sino también social y psicológico. Es decir, hay mucho en juego.

Los jóvenes deben enfrentar cambios. Deben construir un “personaje” diferente, deben apropiarse de un rol distinto: el de estudiante universitario. Ello los enfrenta a lo nuevo, lo incierto, lo desconocido, lo diferente, lo desafiante, sintiendo muchas veces la presión de las exigencias sociales, familiares, la presión del “éxito académico” , la presión de “obtener o no perder un beneficio” y sintiendo también la falta de herramientas para afrontar estos obstáculos. De este modo, esa sensación de “hay mucho en juego, hay mucho que perder” que tiñe la experiencia universitaria, puede ser vivida por los estudiantes como una amenaza, una situación potencialmente peligrosa, y al sentir, además, que carecen de recursos para enfrentar estos desafíos podría producir en ellos cuadros ansiógenos.

Ambos profesionales coinciden en que la pandemia tuvo un gran impacto en este sentido. Esto se debe a que todo lo que ocurrió en ese período supuso una ruptura o amenaza a los proyectos vitales de los jóvenes.


¿Cómo está la situación en nuestra universidad?

CB: En nuestra universidad, desde mi experiencia en el Servicio de Orientación y Aprendizaje, noto ciertamente este incremento de estudiantes con ansiedad desde el año 2020. Esto se puede ver en diferentes momentos del trayecto universitario: en los estudiantes de los primeros años que están enfrentándose por primera vez al mundo universitario y sus características; en estudiantes más avanzados que deben comenzar sus prácticas profesionales y deben poner a prueba lo aprendido en años anteriores; y también en estudiantes finalistas que están próximos a terminar la carrera e incorporarse al mercado laboral y dudan de contar con los conocimientos y/o habilidades suficientes.


¿Qué estrategias nos pueden ayudar a gestionar la ansiedad?

MB: Lo primero que tenemos que hacer para una gestión adecuada de la ansiedad es consultar a un profesional, que podrá evaluar la situación de manera integral y ajustada a nuestras necesidades concretas. Nos puede ayudar practicar rutinas saludables: realizar alguna actividad física, aunque sea una caminata diaria; ordenar nuestros hábitos alimentarios, contar con las horas de sueño necesarias, etc. Cuando la ansiedad es muy intensa requiere un tratamiento abordado por un profesional de la salud. Además, es muy importante avanzar con el autoconocimiento. Eso nos hará reconocer de mejor manera las señales que envía nuestro cuerpo, aplicar estrategias asertivas en los momentos de dificultad y posibilitar mecanismos propios de regulación ante estas situaciones. En todos los casos recomendamos pedir ayuda.

CB: Hacemos referencia a “estrategias de afrontamiento”, que sirven para responder a situaciones estresantes o amenazantes en sus vidas, para solucionar o, por lo menos, reducir las consecuencias de aquello que disparó su malestar. Una de ellas es a través de diferentes técnicas de respiración. Por ejemplo, respirar lento y profundo, mantener el aire en nuestros pulmones durante 3 segundos y luego soltarlo suavemente. Asegurarnos de respirar a un ritmo “normal” ayuda no sólo a oxigenar bien nuestro cuerpo sino también el concentrarnos en la respiración nos mantiene conectados con el aquí y el ahora. Otra estrategia es dejar de hacer esa actividad que disparó la ansiedad y poder realizar otra diferente y que nos guste. Así, si estoy tratando de estudiar y me encuentro muy ansioso, es recomendable hacer una pausa en el estudio. Evitar sobredimensionar determinadas instancias o sucesos también suele ayudar a gestionar la ansiedad.


¿Qué estrategias pueden emplear o qué cuestiones deben tener en cuenta los docentes para acompañar casos de ansiedad en la universidad, por ejemplo en instancias evaluativas?

CB: Creo que lo más importante que deben saber los docentes de nivel universitario es que, probablemente, un gran porcentaje de sus estudiantes sientan ansiedad en algún momento del cursado ante algunas situaciones. Por lo tanto es importante “ponerse en sus zapatos”, evitar juicios, validar sus emociones, intentar comprenderlos y contenerlos. La ansiedad se dispara ante una situación que el sujeto vive como amenazante, por lo tanto, darles contención y seguridad es fundamental. ¿Cómo podemos hacerlo? Mostrarnos cercanos y empáticos, intentar que recobren la calma a través de frases como “tranquilo/a, todo va a estar bien” “¿qué necesitas?” o “¿en qué puedo ayudarte?”, o “entiendo cómo te sentís”. Y si están en un exámen, lo principal es transmitirles que ésa es una instancia más dentro del proceso de aprendizaje; también legitimar su esfuerzo y preparación. Ante alguna crisis aguda, ayudaría ofrecerles hacer una pausa, sugerirles que respiren lento y pausado, preguntarles si desean salir un momento del aula y volver a entrar luego; preguntarles sobre un tema más sencillo al que puedan responder para ganar confianza.



Mag. Martín Brusa. Psicólogo M.P.: 3693.Coordinador del Servicio de Orientación y Aprendizaje (SOA)

Lic. Catalina Barale. Psicopedagoga y profesora de Educación Inicial. Servicio de Orientación y Aprendizaje (SOA)