Publicado el 09-09-2025 en UCC

Resistencia a los antiparasitarios

Un equipo de investigación estudia el fenómeno en caballos para probar la eficacia de los tratamientos selectivos.

Desde 2006, un equipo de investigación de nuestra Facultad de Ciencias Agropecuarias trabaja para entender un fenómeno cada vez más preocupante: la resistencia de los parásitos a los tratamientos para controlarlos en caballos y perros. Este problema no solo afecta la salud animal, sino también la economía y la sustentabilidad de la producción.

Los parásitos gastrointestinales, como los nematodes, pueden provocar enfermedades graves en los animales, desde diarreas y cólicos hasta la muerte. Para prevenir, se aplican antiparasitarios; sin embargo, su uso indiscriminado —sin diagnóstico previo, con dosis incorrectas o en momentos innecesarios— ha generado que los parásitos se adapten, se vuelvan resistentes y transmitan esa resistencia a sus descendientes.

“El uso masivo y sin control de estos productos es comparable al uso indebido de antibióticos en humanos”, explican los médicos veterinarios Laura Cooper y Benjamín Paz, parte del equipo que dirige Oscar Anziani y que también integran Gabriel Café, Franco Arroyo, Tomás Zavaleta y estudiantes de las cátedras de Parasitología y Enfermedades Parasitarias. “Con el tiempo, los tratamientos dejan de ser efectivos, y lo más preocupante es que no hay nuevos productos en desarrollo que puedan reemplazarlos en el corto y mediano plazo”, agregan.

En Argentina, esta situación impacta de lleno en la producción equina. Con alrededor de 2.700.000 caballos, nuestro país se posiciona entre los cinco de mayor población equina del mundo. Esta actividad genera más de 400 mil puestos de trabajo y ubica a Argentina como el primer exportador mundial de caballos de polo y el tercero en pura sangre de carrera. También tiene un rol social importante a través de la equinoterapia.

“Entre muchos productores hay una creencia instalada de que todos los años hay que desparasitar a los caballos con los cambios de estación, pero los cierto es que los parásitos producen problemas solo cuando están en cargas muy elevadas”, comentan.

Ante este escenario, los investigadores proponen una estrategia conocida como tratamiento selectivo, que ya se aplica en varios países del hemisferio norte. Consiste en realizar análisis para determinar qué animales necesitan tratamiento y con qué producto específico. De esta manera, se evita medicar innecesariamente, se reduce la presión sobre los parásitos y se retrasa el desarrollo de resistencia.

“La clave es el diagnóstico. Se toman muestras cada tres o cuatro meses para identificar a los animales que más eliminan parásitos en el ambiente. Generalmente, el 20% de los animales contamina al 80% restante. Si actuamos solo sobre esos casos, se cuidan mejor los recursos, se reducen costos y se protege la salud del resto del rodeo”, explican.

El grupo también realizó un estudio económico en un establecimiento durante dos años, que mostró que el tratamiento selectivo no solo es más efectivo, sino también más rentable. Además, promueve poblaciones de parásitos en "refugio" que aún no son resistentes, lo que ayuda a mantener la eficacia de las drogas disponibles.

Este tipo de investigaciones, aseguran los docentes, no solo contribuye a la salud y producción animal, sino que también fortalece la formación académica de nuestros/as estudiantes.

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