Publicado el 26-09-2024 en UCC
Nueva publicación de nuestro Centro de Bioética
Maladministration es un término inglés que combina “maladies” (enfermedades) y administración, una falla no intencional en la administración, diferente de la corrupción.
La nueva publicación de la Colección Ethos del Centro de Bioética y EDUCC, con la autoría de Mariano Mosquera, busca dotar de utilidad a este concepto en la administración pública, diferenciándolo de la corrupción, pero también de la denominada bureau-pathology.
La publicación explora la tesis de cómo el concepto de maladministration debe ser, primero, no intencional y que no provea un beneficio a los funcionarios o a la organización; y, segundo, que se desarrolla sobre la administración y sobre las “formas” de las decisiones políticas, con efectos administrativos.
Se trata de un aporte a los estudios sobre ética pública y transparencia en la gestión gubernamental.
El concepto de maladministration puede ser un concepto muy útil para diseñar soluciones efectivas en la administración pública. Para esto debe ser un concepto que no se asocie a la corrupción y, al mismo tiempo, que exceda las fallas administrativas y alcance a la “forma” del policy-making.
En la corrupción hay distorsión de la estructura organizacional, creada o mantenida, y existe intencionalidad y beneficio privado.
El artículo define maladministration como las fallas estructurales, no intencionales, de la administración y el policy-making que afectan derechos ciudadanos o la eficiencia en la implementación de las políticas públicas y que no producen beneficio alguno para los funcionarios.
La responsabilidad pública que alcanza a maladministration implica negligencia. Siguiendo el marco teórico de Dennis Thompson, existen siempre riesgos probables (las enfermedades de la administración pública son patrones comunes y, muchas veces, evidentes) y mecanismos posibles de corrección o reclamo para los funcionarios, de cualquier jerarquía.
Parece apropiado destacar que este tipo de enfoque descansa sobre el intento de desarrollar permanentemente una nueva cultura en la administración pública, que esté siempre vigilante y siempre activa proponiendo reformas y mejoras.