Publicado el 25-11-2025 en UCC
#NoHayExcusa para el abuso online
Sabrina Kenis, de nuestra Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, analiza el fenómeno de la violencia contra las mujeres e invita a asumir prácticas digitales respetuosas y empáticas.
El 25/11 no es una fecha más. A nivel mundial se conmemora el femicidio de las hermanas Mirabel, jóvenes activistas políticas asesinadas durante la dictadura de Leónidas Trujillo, en República Dominicana.
La Asamblea General de Naciones Unidas toma esa fecha cargada de historia y que representa la más extrema violencia contra las mujeres para visibilizar y sensibilizar al mundo sobre la necesidad de luchar contra ella, toda vez que es una de las violaciones a los derechos humanos con mayor y generalizada persistencia, que aumenta en las formas y maneras más crueles.
Este año, en el marco de la “Campaña Únete”, la ONU que comienza este 25/11 y finaliza el próximo 10/12, el tema elegido para visibilizar y sensibilizar es la violencia digital contra las mujeres y las niñas.
Las violencias en entornos digitales o violencias en red crecieron de manera alarmante al intensificarse el uso de entornos digitales a partir de la pandemia declarada por COVID-19, lo que puso en evidencia que, más allá de las formas o modalidades en las que se expresa la violencia, una vez más, mujeres, niñas y adolescentes son las principales víctimas, a manos –por lo general- de parejas, exparejas o vínculos socio- afectivos o familiares.
Las formas en que se presentan estas violencias son variadas y en aumento. Y estamos lejos de erradicarlas si no se avanza en una clara política de prevención que comience en las familias y en los diferentes espacios formativos o educativos, toda vez que las TICS están entre nosotros. El gran tema o el gran desafío es el uso que hacemos de ellas.
Discursos de odio, publicación de informacion privada sin el consentimiento del otro, acoso en línea, acoso sexual, falsificación de imágenes de videos o de audios a través del uso de la IA; suplantación de identidad; captación y explotación en línea, etcétera, son algunas de las expresiones de violencias que eligen como destinatarias principal y fundamentalmente a mujeres, niñas y adolescentes.
Estas violencias no quedan en la red sino que se reproducen en la vida real, y pueden tomar su grado y nivel más extremo de violencia contra las mujeres como ha sucedido en Córdoba, recientemente, con el femicidio de Luana y Mariel, hecho trágico que tiene una de sus antesalas en el discurso de odio propagado por el femicida.
Según Amnistía Internacional, una de cada tras mujeres ha sufrido violencia en las redes sociales, y el 59 % de las mujeres ha sido receptora de mensajes sexuales y misóginos, lo que ha generado que su conducta en redes o en línea cambie, ya que optaron por no publicar o dejar de compartir contenidos. La paradoja es que las víctimas son quienes debieron limitar o abandonar el uso de redes para evitar ser las destinatarias de las violencias.
No es por ahí. Al contrario, debemos avanzar y profundizar nuestra alfabetización digital, y movernos en espacios digitales seguros e inclusivos, identificando las violencias en entornos digitales y buscar ayuda de alguien en quien confiemos, bloquear al acosador y denunciar este comportamiento.
Demonizar las herramientas digitales no es el camino, sino que debemos comprometernos en asumir prácticas digitales no violentas, respetuosas y empáticas, porque cualquiera persona puede convertirse o ser víctima de violencias.
COMISIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO
En el marco de nuestro compromiso por una Universidad libre de violencias, nuestra Comisión Interdisciplinaria de Bienestar Universitario tiene a cargo la aplicación y seguimiento del Protocolo para la prevención, atención, acompañamiento, orientación y seguimiento de casos de violencia de género, vigente desde 2018, y del Código de Convivencia, sobre nuestro modo universitario de proceder.
Nuestro correo electrónico es secbienestaruniversitario@ucc.edu.ar.