Publicado el 05-02-2025 en UCC
¿Lograremos vivir más tiempo?
Carlos W. Castells, docente de nuestra Diplomatura en Medicina Antienvejecimiento analiza algunos mitos y verdades sobre la materia.
Es una de las temáticas que resuena en estos días en los distintos medios y no es por casualidad. Ocurre que muchos ricos y poderosos, han decidido invertir gran parte de su fortuna en tratar de vivir más, y eso ha llevado a un intercambio de noticias y promesas que van desde lo profético, pasando por la ciencia y pseudociencia, hasta verdaderos escenarios de ciencia ficción.
Pero lo importante quizás no sea cuánto tiempo podremos vivir, sino en qué forma lo podremos hacer. De eso es lo que, a mi juicio, debe ocuparse la medicina antienvejecimiento que no es otra cosa que la mejora en la nutrición y el estilo de vida, junto a algunas otras técnicas y fármacos.
El dilema
Resulta curioso que la naturaleza haya dotado de cierta inmortalidad a algunas especies, por ejemplo, ciertas langostas pueden renovar indefinidamente sus células. Sin embargo, llega un momento en que su caparazón (exoesqueleto) les queda cada vez más chico y la mayoría muere por este agotamiento y estrés tratando de mudar o ampliar su esqueleto o simplemente liberarse de él.
Este resulta un buen ejemplo de lo que podría pasar si extendemos nuestra vida más allá de lo que biológicamente estamos diseñados. Pensemos por un instante si estamos realmente preparados para ver morir a nuestros seres queridos… o para vivir en un mundo que no fue hecho para nosotros, donde comencemos a sentir que estamos quitando el lugar a otras personas…que el “caparazón”, finalmente, nos asfixia. Evidentemente van a ser muy pocos los que van a poder costear estas fantásticas innovaciones, si es que resultan efectivas (algo que veo con cierto escepticismo). Para los amantes de la lectura, recordarán varias obras que abordan esta perspectiva, quizás la más representativa sea la del Rey Sísifo o “El inmortal”, de nuestro genial Jorge Luis Borges.
Calidad de vida y plenitud
Por eso,en la medicina antienvejecimiento, más bien buscamos calidad de vida y vivir el máximo tiempo viable, conservando nuestras funciones en el mejor estado posible. En definitiva, poder disfrutar de nuestros seres queridos, ser útiles a la sociedad y vernos saludables es el objetivo principal.
Lo cierto es que existen fármacos y tratamientos para aumentar la longevidad, pero ¿qué pueden producir?
Ciertas terapias de reemplazo hormonal, células madre e incluso transfusiones de personas jóvenes, aún no están del todo aceptadas y sus riesgos parecen superar los posibles beneficios. Por otra parte, algunos de los llamados senolíticos (una clase de medicamentos diseñados para atacar específicamente a las células que han cesado la división celular), podrían fortalecer tumores o malignizar procesos en vías de involución. Cada vez que hacemos inmortal o más longeva a una célula sana, si existe un tumor, también lo estamos beneficiando y este es un dilema que aún no está ni próximo a resolverse.
Algunos de los nuevos fármacos que se muestran como muy seguros o los precursores naturales de las enzimas antioxidantes, datan de muchos años de uso. Existe hoy una gran cantidad de recursos que, si bien son muy prometedores, carecen de pruebas de efectividad a largo plazo.
En lo personal, pienso que lo mejor es mantener lejos las típicas enfermedades del paso del tiempo, algo que nos permita vivir sin sufrimientos corporales y hacer todas aquellas actividades que nos gustan. Es conocido que hay zonas geográficas, donde el paso del tiempo parece haberse detenido y las personas viven muchos años de manera saludable, pero no todos podemos adaptar nuestro hábitat o pasar nuestros días en un bosque idílico rodeados de pasturas y aire impoluto. Para quienes estamos condicionados por el entorno y nuestro estilo de vida no se puede cambiar radicalmente, algunos de los nuevos medicamentos “senolíticos” y un programa adaptado por un profesional calificado serán de una ayuda invaluable.
Hasta el momento las terapias que más resultados han demostrado han sido aquellas que apuntan a disminuir el estrés, alimentarse de manera saludable e incorporar el ejercicio de manera rutinaria, todo esto acompañado del deseo de vivir y sentirse útil para nuestro entorno, sin condicionarse por la edad cronológica, como dijera el actor y director de 94 años, Clint Eastwood “imagina como vivirías si no supieras tu fecha de nacimiento”.
Por Carlos W. Castells, doctor en Medicina y Especialista en Nutrición Médica, docente de nuestra Diplomatura en Medicina Antienvejecimiento.
Diplomatura en Medicina Antienvejecimiento ¿qué temas aborda?
En la Diplomatura, abordamos el envejecimiento como algo inevitable, pero que puede transformarse en una etapa saludable, feliz y productiva. Para eso, nos centramos en primer lugar en el diagnóstico preciso y en el concepto de “edad biológica”, que significa la edad de nuestro cuerpo, más allá de la edad cronológica en base a este diagnóstico, estudiamos las alternativas de tratamiento, ya sea preventivo (medicina antiedad) o terapéutico (rejuvenecimiento) con el uso de medicamentos, suplementos y cambios en el estilo de vida (nutrición, meditación y ejercicio), siempre adaptados al paciente y a su entorno familiar y laboral.
También se abordan técnicas de seguimiento y planes preventivos, que deben tenerse en cuenta desde temprana edad, para conservar por el mayor tiempo posible, todas nuestras funciones metabólicas y cognitivas.
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