Publicado el 01-02-2024 en UCC
Francisco y los pilares de la educación católica
El Papa reflexionó sobre los tres lenguajes humanos: el de la cabeza, el del corazón y el de las manos.
Fue este jueves 1 de febrero cuando el papa Francisco recibió a integrantes de la Universidad de Notre Dame (París, Francia). En su discurso, remarcó algunos aspectos esenciales para la educación con una perspectiva católica y jesuita. En muchos sentidos, se percibe una estrecha relación entre las declaraciones del Papa con la misión de nuestra Universidad y su desarrollo concreto.
En primer lugar destacó la importancia de vincular tres lenguajes humanos: el de la cabeza, el del corazón y el de las manos. Esto es que “uno piense lo que siente y hace, que uno sienta lo que piensa y hace, y que uno haga lo que siente y piensa”, dijo Francisco. Estos tres lenguajes están presentes en nuestra misión institucional: formar personas de ciencia (cabeza), conciencia (corazón) y compromiso (manos).
Sobre el primero de estos lenguajes, el Papa afirmó que las universidades católicas, por naturaleza, persiguen el desarrollo del conocimiento a través del estudio académico y la investigación. En este sentido, la convicción de las instituciones católicas es que existe una armonía entre la fe y la razón. Es por esto que, como sostiene Francisco, el mensaje cristiano es relevante para todas las esferas de la vida personal y social. De esta manera, el pontífice invitó a no olvidar el papel esencial de la religión en la educación de las personas.
No obstante, tenemos claro que la tarea de la universidad trasciende lo meramente cognitivo; además, como asegura el Papa, es importante ayudar a “expandir el corazón”: “Toda la comunidad universitaria está llamada a acompañar a las personas, especialmente a los jóvenes, con sabiduría y respeto, por los caminos de la vida y a ayudarles a cultivar la apertura a todo lo que es verdadero, bueno y bello”, afirmó.
Esta es una misión que compartimos todos los miembros de esta comunidad de inspiración jesuita, desde el lugar que nos toca, y que debemos recordar cada día y cada vez que transitemos los pasillos y las aulas de la Católica.
El Papa cerró su discurso con una expresión que explica y profundiza todo el contenido de esta frase que nos identifica: “Transformar el mundo juntos”. “La educación católica -dijo Francisco- nos compromete a construir un mundo mejor, enseñando la convivencia mutua, la solidaridad fraterna y la paz”.