El desafío de transformar el aula tradicional en otra inclusiva

La inclusión educativa es un derecho humano fundamental que busca garantizar el acceso equitativo a la educación para todas las personas, sin importar sus condiciones o capacidades. Sin embargo, a pesar de los avances normativos y conceptuales, persisten barreras que dificultan la materialización de este derecho en las aulas y en la sociedad en general.

Para profundizar en esta problemática, conversamos con María Eugenia Yadarola, directora de nuestra Especialización en Inclusión Educativa de Personas con Discapacidad de la Escuela de Posgrado de la Universidad Católica de Córdoba.

"El gran desafío es la transformación de la educación en su conjunto para acoger y enseñar a todas y todos", señala Yadarola. Esto implica cambios profundos en las políticas educativas, en las prácticas docentes y en la estructura del sistema educativo. "Requerimos políticas educativas coherentes, acciones concretas y financiamiento adecuado que garanticen una educación inclusiva, equitativa y de calidad", agrega.

A la vez, la directora de este posgrado enfatiza en la necesidad de modificar la escuela tradicional para convertirla en una escuela inclusiva. Esto implica la adaptación del currículo, la generación de estrategias flexibles y el fomento del trabajo colaborativo entre docentes, familias y profesionales de apoyo. Como señala el investigador Ainscow (2015), "la inclusión es un proceso que requiere la presencia, participación y aprendizaje de calidad de cada estudiante, sin excepción", remarca.

De la integración a la inclusión

A lo largo de los años, la percepción sobre la inclusión educativa evolucionó. "En un principio, la inclusión estaba centrada en las personas con discapacidad, para que pudieran compartir el aula con sus pares sin discapacidad, enriqueciéndose mutuamente", explica Yadarola. Sin embargo, con la aprobación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU en 2006, este concepto se amplió, y tiene status constitucional en Argentina (Ley 27.044/14). Hoy en día, la inclusión se entiende como un derecho que abarca la diversidad en todas sus formas: capacidades, género, religión y contexto socioeconómico.

Sin embargo, el camino hacia una educación verdaderamente inclusiva está plagado de obstáculos. Entre las principales barreras se encuentran las políticas fragmentadas, la falta de infraestructura accesible y la resistencia cultural. "Es fundamental un trabajo sistémico y colaborativo entre distintos actores: políticos, educadores, familias, profesionales de diferentes disciplinas y estudiantes", enfatiza la especialista.

Dentro de las estrategias más efectivas para promover la inclusión, Yadarola destaca el uso del Diseño Universal de Aprendizaje (DUA), una metodología que propone una planificación flexible y variada. "El DUA permite que cada estudiante elija las actividades según sus capacidades y necesidades, asegurando una educación accesible para todos", sostiene. Además, destaca el rol de la tecnología en este proceso, que ha permitido avances significativos en accesibilidad para personas con discapacidad.

Pero la inclusión no es solo responsabilidad de la escuela. Las familias y la comunidad también desempeñan un papel fundamental. "Las familias son defensoras clave del derecho de sus hijos a una educación inclusiva", indica Yadarola. "Es crucial que sus voces sean escuchadas y valoradas en la toma de decisiones".

Por otro lado, en el ámbito escolar, se debe fomentar un clima de respeto, solidaridad y altas expectativas para todos los estudiantes. "Cada niño y niña tiene el potencial de aprender y desarrollarse, y es nuestra responsabilidad brindarles las herramientas necesarias para lograrlo", afirma.

La importancia de la formación docente y las políticas públicas

Para que la inclusión educativa sea una realidad, es esencial la capacitación de los docentes. "La formación inicial debe estar transversalizada por un enfoque inclusivo, pero también es fundamental la capacitación continua", destaca Yadarola. Además, subraya la importancia de generar espacios de reflexión y trabajo colaborativo entre docentes y profesionales de apoyo.

La formación en el DUA es una de las herramientas clave en este proceso. "Diseñar para todos implica ofrecer variedad de opciones, estrategias accesibles y actividades flexibles que se adapten a los distintos desafíos de los estudiantes", explica.

Al mismo tiempo, si bien en Argentina la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad tiene estatus constitucional, aún existen regulaciones provinciales que no están alineadas con este marco legal. "El Comité de la CDPD criticó duramente en 2023 la situación de Argentina, instando al país a armonizar su legislación con la Convención", advierte la especialista.

Así, la directora de la carrera insiste en la necesidad de políticas claras y coherentes que garanticen la inclusión en todos los niveles educativos. "Sin una legislación unificada y una correcta implementación de las normativas, la inclusión seguirá siendo un ideal lejano en muchos contextos", lamenta.

La Especialización, una invitación a la transformación

En este contexto, la Escuela de Posgrado de la UCC extiende una invitación a quienes deseen formarse en el área de inclusión educativa a través de la Especialización en Inclusión Educativa de Personas con Discapacidad. "Nuestro programa busca preparar profesionales capaces de generar innovaciones y transformar las instituciones educativas para garantizar una educación inclusiva para cada estudiante", concluye Yadarola.

La inclusión educativa es más que una meta; es una necesidad imperante en la construcción de sociedades más justas y equitativas. La educación, como derecho humano, debe ser garantizada para todas las personas, sin distinción. Es tarea de toda la comunidad educativa y de la sociedad en su conjunto trabajar para hacer de la inclusión una realidad palpable en cada aula del país.

Seguí formándote. Conocé nuestra propuesta de posgrado Especialización en Inclusión Educativa de Personas con Discapacidad