Publicado el 07-03-2025 en UCC
El clima en la mira de los cultivos
Nuestro docente e investigador Martín Lábaque analiza el contexto de extremo calor y falta de lluvias y cómo impactará en las futuras cosechas.
Como todos los veranos, en la región central de la provincia de Córdoba las temperaturas incomodan y las lluvias suelen llegar un poco más tarde de lo esperado. Además, no garantizan un descenso en las temperaturas o, por lo menos, en la tan mencionada sensación térmica. ¿Es el mismo efecto para personas que para plantas y cultivos?
Claramente los cultivos no tienen la opción de refugiarse del sol, por lo que habitualmente se hace un manejo a través de densidades (población de plantas por m2) y fechas de siembra adecuadas, apuntando a que las condiciones adversas se superen de la mejor manera y que impacten lo menos posible en el desarrollo de cada una de las plantas. En el caso de cultivos en condiciones de secano (sin riego artificial) este manejo es fundamental ya que el verano es la época de producción de la mayoría de los cultivos tales como soja, maíz, sorgo, y girasol.
El mes de enero habitualmente es el más cálido con temperaturas máximas elevadas y muchas veces acompañadas de mínimas altas. Sumado a esto, en la zona central y norte del país las lluvias pueden ser abundantes pero erráticas. La combinación de altas temperaturas y falta de humedad de suelo es lo que habitualmente se conoce como estrés hídrico y, en casos de temperaturas extremas se llama estrés térmico y afecta la fisiología de los cultivos que no llegan disponer de agua suficiente para transpirar y regular su temperatura.
Este escenario ambiental propicia la utilización del manejo de cultivos para ajustar la fecha de siembra de manera que las plantas se encuentren pequeñas (en estado vegetativo) durante períodos muy cálidos en que su demanda diaria de agua es más baja. Por el contrario, cuando el cultivo se encuentra en estados reproductivos, la cantidad de hojas es máxima y requieren de mayor humedad, a lo que se suma la demanda de agua para el llenado de los granos a producir. En esta instancia se apunta a que las temperaturas ya sean moderadas para minimizar el impacto negativo en la producción.
El comienzo de este 2025 se presentó con niveles de humedad adecuados y temperaturas dentro de lo esperado, haciendo que las siembras se realizaran en las fechas previstas y el desarrollo inicial del cultivo sea muy promisorio. Avanzado enero, las temperaturas comenzaron a mantenerse altas pero acompañadas de lluvias que recargaban humedad en el suelo. A este ambiente cálido, que continuó durante todo febrero con dos eventos de temperaturas que superaron los 40°C durante tres o más días, se sumó la falta de lluvias y cultivos ya muy desarrollados o avanzados (muchos llenando granos). Este contexto generó estrés térmico en los cultivos resintiendo significativamente los rendimientos potenciales, con daños de diferentes magnitudes, desde mermas del 10 al 20% hasta pérdidas totales de lotes de producción.
Es sabido que estas son las reglas de juego de esta "fábrica de alimentos" a cielo abierto, lo que nos lleva a incorporar esta experiencia en aprendizaje para mejorar las tomas de decisiones en el manejo técnico de los cultivos.
Concé nuestra carrera de Ingeniería Agronómica.