Publicado el 02-01-2024 en UCC
¿Qué nos pasa a la hora de decidir?
Investigadores estudian los procesos que impiden superar conflictos analizando de manera racional las mejores probabilidades.
Los métodos alternativos de resolución de conflictos son cada vez más utilizados y aceptados a nivel mundial. Por una parte, alivian los sistemas judiciales que habitualmente están abarrotados de casos, y por otra, permiten a las personas llegar a resolver sus diferencias basándose en acuerdos mutuos, sin la necesidad de someterse al veredicto de un tercero. Sin embargo, falta mucho aún para que esos procesos sean aceptados y generalizados.
Sobre lo que sucede detrás de nuestras decisiones, investiga el equipo dirigido por María Cristina Di Pietro en nuestra Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
¿Qué sucede hoy respecto al estudio de las decisiones?
En general es un tema poco desarrollado, pero creemos que, para avanzar en propuestas procesales de superación, es necesario observar y describir la toma intersubjetiva de decisiones ante conflictos jurídicos. Pensamos que es necesario hacerlo desde la observación y descripción de la conducta del individuo al resolver; sus límites y condicionantes éticos y morales; contextuales y heurísticos; de información, culturales y de valoración; de preferencia y dominancia, etc. También suponemos que esto es extensivo a los magistrados que son parte del sistema puesto en crisis, pero al que siguen acudiendo los ciudadanos.
Es necesario comenzar a identificar la posible conexión entre estereotipos y sesgos de las partes y los terceros neutrales en su camino de constante retorno al mismo punto de elección ante conflictos intersubjetivos. Asimismo, consideramos que el culto a la tecnología y a la inteligencia artificial pueden abrir líneas de fuga, de aparentes soluciones.
¿Es amplia la distancia entre Teoría y práctica en esta materia?
Sí, todavía falta mucho para poder poner en la superficie los obstáculos que impiden que el ciudadano proponga al menos una solución consensuada con el otro actor del problema, sobre todo en casos en que esa solución depende más de las partes que de lo que la ley o sentencia dispongan. Llegar a que la gente advierta esas barreras o frenos ante la decisión, al momento de elegir.
¿Cuál es la hipótesis que se plantean y cómo piensan llevar a cabo el proceso de investigación?
Nuestra hipótesis es que en los métodos autocompositivos, la presencia de sesgos, estereotipos, incertidumbre, riesgos y preferencias constituye barreras significativas que obstaculizan la toma de decisiones consensuadas, limitando así la resolución efectiva de conflictos jurídicos mediante estos métodos.
¿Qué resultados obtuvieron en proyectos anteriores sobre la temática?
En el proyecto anterior nos enfocamos en las elecciones y la decisión; en su impacto en la resolución de conflictos interpersonales durante un proceso autocompositivo. Nos proporcionó información y conclusiones valiosas.
Una de ellas fue que, durante el proceso autocompositivo el material discursivo indica posicionamientos ante el conflicto, intereses, necesidades; pero también los sesgos, creencias y temores, propios del agente decisor y de su grupo de pertenencia cultural.
Observamos la decisión signada por la incertidumbre o la certeza. Certeza en obtener la probabilidad del interés de parte negociándolo o la preferencia del azar y el convencimiento esperanzado en el valor justicia (desde una valoración subjetiva). Si bien esto resulta en la construcción regional del concepto de justicia en el que todos deciden coincidir o respetar, este mismo criterio no funciona igual sino a la inversa en la decisión personal, al no ser reconocido un concepto común por quien no tiene ni reconoce la misma extensión al concepto justicia.
Determinamos también que el mayor obstáculo en la solución de conflictos no es la falta o falla comunicacional, sino el bloqueo decisional. Los actores no quieren, no pueden o no saben qué decidir, pese a comunicarse perfectamente.
¿De qué manera este proyecto repercute a nuestra sociedad?
Creemos que trabajar estos temas contribuye a un mejor diseño de mecanismos que conecten a los potenciales usuarios de los sistemas heterocompositivos y autocompositivos –negociación y mediación- que hoy exige nuestra legislación como etapa indispensable de acceso a la justicia, con la probabilidad de tomar decisiones con mayor grado de conciencia y de satisfacción. Medir, entre otros factores, el impacto del cúmulo o ignorancia de información con que se toman determinadas decisiones –atajos-; la expectativa al decidir con incertidumbre o riesgo; el grado de madurez de los ciudadanos en la participación de la toma de decisiones en sus propios problemas como el grado de satisfacción e insatisfacción a la vez, ante la paradoja de buscar la decisión de un tercero al que quizá no recurrirían si encontraran otro camino. Esto es: valorando de manera diferente sus expectativas; reconociendo temor; aversión, entre otros factores, que bloquean el análisis racional de mejores probabilidades.
¿Por qué abordar estas cuestiones en el contexto universitario?
Lo considero más que importante para los profesionales del futuro, porque forma parte de la estrategia profesional, máxime en la del abogado. Tenemos el convencimiento de que el Derecho se ejercerá irremediablemente a través de formas jurídicas, más ágiles, efectivas, con involucramiento del ciudadano. En lo concerniente a derechos disponibles, el punto de partida evitará la apuesta al veredicto de razón única. Hoy ya hablamos de diferentes dimensiones de la realidad según la vivencia y marco socio-cultural de cada participante. Todo esto se articulará de manera más eficaz al sistema de heterocomposición actual –conflicto/sentencia-.
Observación y descripción de las decisiones interpersonales que impiden la superación de conflictos jurídicos a través de autocomposición
Directora: María Cristina Di Pietro
Codirectora: Diana Maria de las Mercedes Valor
Fernando Rubiolo (Miembro investigador)
Ana Carolina Sánchez (Colaboradora externa)