Publicado el 23-12-2023 en La Voz del Interior

Una pareja con química, que encontró la “fórmula” empresarial

Mauro Bono estudiaba Farmacia e Ivanna Mandolesi, Química, ambos en la UCC, cuando armaron Laboratorios Fabop. En este siglo se convirtió en Savant. Prepara una planta en España, desembarcaron en Estados Unidos y tienen una tienda en Amazon.

La semana pasada, Savant cumplió 30 años y para festejarlos sus iniciadores, Mauro Bono y su esposa Ivanna Mandolesi, presentaron el libro Nuestra fórmula, en el que explican cómo hicieron para que el pequeño laboratorio creado en la casa de la abuela Edith, en Arroyito, se convirtiera en una industria que desde El Tío exportó a 15 países de Latinoamérica, puso un pie comercial en Estados Unidos, vende por Amazon y ahora se alista para fabricar en 2025 medicamentos oncológicos en España.

En un evento realizado en la Universidad Católica de Córdoba (UCC), el lugar donde nació la idea de Laboratorios Fabop, Bono presentó la “molécula” que dio origen a todo.

–Eras estudiante, estabas por terminar la carrera. ¿Por qué pensaste en fabricar medicamentos?

–Yo estaba a ocho meses de recibirme en la carrera de Farmacia y empecé a pensar “¿qué hago ahora?”. No podía dormir de noche. Mi padre, que tenía un negocio de ropa, me dijo: “¿Vas a volver al negocio?”. A mí me gustaba la industria. Yo era técnico químico y con mi abuelo, que tenía muchas máquinas y era inventor, hacíamos muchas cosas. Así que se me ocurrió producir.

–¿Cuántos años tenías?

–Tenía 22. Le conté a mi profesor Alberto Bertoldi y me invitó a hacer una pasantía en el laboratorio Rigó. En tres meses, esa idea se convirtió en realidad. Un días antes de recibirme fundé la empresa con el nombre de Laboratorios Fabop, qué quiere decir Laboratorio Farmacéutico Bono-Pieroni, el apellido de mi madre, que me prestó la plata y era lo único que le podía dar. Además, fue clave el impulso de quien después sería mi mujer, Ivanna.

–¿Cuándo se conocieron con Ivanna?

–Dos años antes de recibirme, en el campus de la UCC. Ella estudiaba Bioquímica. Teníamos materias en común. El día que la conocí empecé una campaña de marketing muy intensa, jajá. Y no me equivoqué, encontré una mujer maravillosa que fue fundamental, porque no es fácil emprender, los primeros tiempos no ves un peso, fueron muchos años de trabajo muy duro.

–¿Hoy qué balance hacés de ese primer sueño?

–Creo que las palabras serían “un sueño ampliamente cumplido” y “expectativas superadas”. Hubo errores cometidos, aprendizajes, frustraciones superadas, ideas realizadas y un lugar alcanzado que jamás hubiera soñado.

–¿Qué fue lo primero que fabricaste?

–Productos de farmacopea, porque me costó tres años hacer el certificado, fue muy difícil. En Córdoba, nadie sabía nada de esta industria, es compleja, nadie me ayudaba. Comencé en Arroyito, en la casa de mi abuela. Es como la historia del emprendedor que empieza en un garaje. Era una casa que tenía menos de 100 metros cuadrados. Todos me decían que era imposible habilitarla. Así que busqué un albañil conocido, adapté toda esa casa, logré habilitarla y así empecé.

–¿Y cuándo abrieron la planta de El Tío?

–En 2001, y empezó a producir en 2002. En 2005 cambiamos el nombre por Savant Pharm, primero Fabop pasó a ser la marca, después quedó Fabogesic, y finalmente llegó Virixene, el grupo con sede en Estados Unidos, con Savant en Latinoamérica y Vivunt en Europa.

–¿Qué produce la planta de El Tío actualmente?

–Medicamentos líquidos, cápsulas blandas y sólidas.

–Después surgió el proyecto en España.

–Hemos repetido la misma historia que en El Tío. Estamos armando una planta en un pequeño pueblo que se llama Villadangos del Páramo; frente a nuestra planta está el Camino de Santiago de Compostela, en el norte de España, cerca del País Vasco, en la provincia de Castilla y León.

–¿Por qué en ese lugar?

–Porque es el tercer polo farmacéutico de España. El primero es Madrid y el segundo, Barcelona. En la época de Francisco Franco, se instaló la primera fábrica de antibióticos de España. De hecho, la calle principal se llama Antibióticos. Allí está Federico Svriz al frente del proyecto, que está en proceso de certificación, algo que es bastante complejo. Debe cumplir las normas de la European Medicine Agency, que es el equivalente a la FDA estadounidense. La idea es empezar a producir a finales del año que viene o entre mediados y finales de 2025.

–¿Qué van a producir?

–Medicamentos oncológicos estériles. Son viales. Es un frasquito que tiene un producto sólido adentro, que cuando le inyectás el líquido se reconstituye; eso va como si fuera un suero al torrente sanguíneo. Son citotóxicos, medicamentos muy específicos que tienen una enorme regulación y es una planta que, en tecnología, está tres a cuatro años adelante (allí invertirá U$S 20 millones), una de las más avanzadas de España y de Europa.

–¿Cómo fue la llegada a Estados Unidos?

–Hacía unos años que estábamos viviendo en Buenos Aires. En 2019, con todos los problemas que hubo en Argentina, estábamos medio frustrados. Nuestro hijo mayor, Nicolás, había decidido estudiar afuera. Ya habíamos definido construir una planta en España y dijimos: “Bueno, vamos a ir a España entonces”. Teníamos el pasaje aéreo para el 14 de marzo de 2020 y el 15 cerraron los aeropuertos por el Covid.

–Comenzaba la pandemia.

–Claro, así que cancelamos el vuelo, me junté a tomar un café con un amigo en Buenos Aires, que me dice: “Mirá, yo estuve viviendo en Estados Unidos un montón de años y me encantó”. Yo había hecho un curso en Harvard, me había gustado, pero pensaba que nunca iba a ser para mí. Cuando me dijo esto, volví a casa, le conté a Ivanna y finalmente elegimos instalarnos en Boca Ratón, a unas 60 millas (96,5 kilómetros) arriba de Miami, donde vivimos desde hace tres años.

–¿Allí producen?

–No. La sociedad arrancó hace dos años y se dedica a la comercializamos de productos elaborados en India o en China, en plantas habilitadas por FDA (la autoridad sanitaria estadounidense). Son productos nuevos, con menos de un año de lanzados; medicamentos para dos grupos de tratamientos: uno para tos, gripe y resfrío y el otro para alivio del dolor. Vendemos bajo un modelo digital, por ejemplo tenemos nuestra e-store en Amazon y contamos con distribuidores en Florida y en algunos otros estados. La sede está en Miramar, se llama igual que la ciudad cordobesa, pero está entre Boca Ratón y Miami. Con esta compañía, cambiamos el concepto de que sólo teníamos que producir. Producimos, pero también podemos vender productos producidos por otros. Armamos una estructura cruzada.

–¿En qué forma?

–Parte del equipo de Estados Unidos se maneja desde la fábrica de El Tío. El branding (manejo de marca) se maneja desde Buenos Aires. Finanzas, desde Uruguay. Nos hemos deslocalizado bastante. Parte del complejo industrial El Tío se opera desde España. Apostamos a crear una sinergia porque la gente es lo más valioso que tenemos, colaboradores con mucha experiencia y también con muchos errores cometidos, que ayuda a tener menos problemas en el futuro. Son mercados muy desafiantes, así que exportamos talento.

–¿Cómo es eso?

–Federico Svriz, un ingeniero de El Tío, está al frente del desarrollo de la planta de España. Hernán Giovanini, que nació en Luque, es el CEO de Vivunt en Estados Unidos. Y Alejandro Mandolesi (gerente de ingeniería de Savant), hermano de Ivanna, es el ingeniero que trabaja en el desarrollo de la planta en España.

–Veo que apuntan a ser una compañía global.

–Es mucho, hablar de una compañía global es un proceso que lleva muchísimo más tiempo. Estamos desarrollando una absoluta sinergia entre todos estos puntos actualmente. Cuando esté consolidado, la idea es que un producto elaborado en Europa se pueda vender en Argentina o en Estados Unidos. Savant abarca Argentina y los países de la región. Vivunt abarca Estados Unidos, Europa y otros países como Colombia y Chile.

–En cuántos países tienen presencia.

–A lo largo de la historia, estuvimos en 15 países. De lo que se produce en El Tío se exporta más o menos 20%, principalmente a Latinoamérica; en otros, tenemos operaciones propias de comercialización o distribuidores. Lo que vamos a vender en Europa lo vamos a producir en España.

–Savant tuvo una fuerte participación en el mercado de capitales argentino. ¿Lo van a mantener?

–El financiamiento para Europa lo manejamos desde Estados Unidos y desde Europa, directamente. En lo financiero, fue una de las cosas más exitosas que hicimos porque las tasas que hemos conseguido han sido de un dígito. En Europa hemos conseguido un fuerte incentivo a la inversión; aportes del orden del 15% mediante fondos no reembolsables. Europa premia mucho el emprendedurismo porque favorece al que invierte. En Argentina, este año terminamos de cancelar las obligaciones negociables (ON), casi no tenemos deuda en el país.

–Cerraron un ciclo.

–Casi que terminamos un ciclo para nosotros en la forma de endeudarnos en Argentina. Si hubiéramos mantenido el nivel de endeudamiento que teníamos cuando el dólar saltó de $ 300 a más de $ 600, probablemente la compañía tendría hoy un problema. Ha sido muy bueno, emitimos U$S 40 millones en 10 años, mediante 14 series de ON. Fuimos una de las empresas pioneras en este tema. Pero, ahora, hemos entrado en otra etapa.

–¿Cómo es esta nueva etapa?

–Tenemos mucha capacidad. Puede ser que, en el futuro, si mejoran las condiciones y sale una inversión muy buena en Argentina, la vamos a evaluar, obviamente.

–¿Cómo te imaginás a Savant, a Virixine y a Vivunt en los próximos cinco años?

–Estas son industrias de largo plazo, en este sector cinco años es poco tiempo. Pero veo al grupo consolidando lo que tenemos hoy, sobre todo en Latinoamérica, y desarrollando lentamente los mercados norteamericano y europeo. Claramente, vamos aprendiendo a estar presentes en otros lugares. Eso es lo más importante. No me animo a decir que en cinco años vamos a ser una empresa completamente global, pero sí vamos a consolidar lo que hoy estamos haciendo y a ser más sólidos por estar diversificados en distintos lugares del mundo.

DE LA QUÍMICA AL MOVIMIENTO Nombre. Mauro Bono (52).

Casado con. Ivanna Mandolesi, vicepresidenta del Virixene..

Hijos. Nicolás, Constanza y Lara.

Le gusta. El golf y la actividad física.

Empresa. Savant, que junto con Vivunt integran el grupo Virixene.

Cargo. Chairman de Virixene.

Empleados. Cerca de 250. Más de 50 colaboradores están en Estados Unidos, en España y en algunas posiciones en Latinoamérica.

Exportación. Representa más de 20% de la producción en Argentina. Colocan productos en cerca de 15 países.

Marcas. Savant: Fabogesic, Fluorogel, Tostop, Gripaben. Vivunt: Notts y Axim.

Teléfono. +54 3576 491-346

E-mail. comunicaciones@savant.com.ar

Web. www.savant.com.ar

Medio Publicado: La Voz del Interior

Temática: UCC

Autor/Redactor: Diego Dávila

Fecha de Publicación: 23-12-2023