Publicado el 02-09-2024 en La Voz del Interior
La Iglesia advierte que el narcotráfico gana el terreno que deja el Estado
“Hoy, el narcotráfico va ganando más espacios”, dijo monseñor Oscar Ojea, quién junto al arzobispo Ángel Rossi, encabezó una mesa de diálogo sobre “Estado o narcotráfico. El acceso a la tierra y al techo”. También participó la Provincia, y organizaciones sociales que integran la Mesa de Barrios Populares.
“Hoy, el narcotráfico va ganando más espacios. Es el que provee. Si no hay trabajo se encarga de las necesidades de las personas, y al mismo tiempo las esclaviza”, dijo monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en la charla “Estado o narcotráfico. El acceso a la tierra y al techo”, organizada por la Mesa de Barrios Populares en la Universidad Católica de Córdoba (UNC), junto a organizaciones sociales, Ong Techo, Provincia y Fernanda Miño, exsecretaria de Integración Socio Urbana de la Nación.
Además apuntó contra el flagelo del juego online: “Toda esa estructura es sostenida por los narcos”. Y manifestó que en estos últimos meses aumentó el tráfico de drogas. Y alertó que si no se hace un trabajo en conjunto e integrando las miradas de los vecinos es imposible que se pueda resolver el tema solo con seguridad.
En esa línea, el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, afirmó que en los barrios no solo falta el alimento sino también el trabajo y una casa digna. Todos “esos huecos” son abastecidos por los narcotraficantes. Y declaró que cuando las familias pasan hambre no tienen otra opción.
También se refirió a las apuestas del juego como un disfraz de entretenimiento “a costillas” de hacer pedazos a las personas, sobre todo a los jóvenes y a los niños, “lo cual es humanamente miserable”, subrayó.
A la vez, los disertantes remarcaron la necesidad de que se cumpla con la ley nacional N° 27.453, aprobada en 2018, que permite la integración socio urbana de los barrios populares y se continúe con las obras en distintos puntos de la ciudad, que actualmente están paralizadas por la desfinanciación desde Nación.
Muchos de estos barrios son construidos por cooperativas integradas por los mismos vecinos, por caso el proyecto de urbanización Multicultural que interviene en los barrios 12 de Septiembre, El Milagro y La huerta, en la zona sur de la ciudad, y en el barrio Nueva Esperanza, cuyas obras están frenadas, sostuvieron las organizaciones.
El parate implica que las familias estén desempleadas, que tampoco cuenten con “las changas” a raíz de la pérdida del empleo formal, y por ende no tengan ingresos ni para alimentarse.
Ojea detalló que en 2016, el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap) registró en el país 4 mil barrios populares, hoy llegan a 6.467, y es dónde viven 6 millones de personas y se encuentra el núcleo duro de la pobreza argentina.
Y aseguró que la ley de integración sociourbana, que surgió tras acuerdo con distintos sectores, confiere dignidad a estos barrios porque establece un domicilio, otorga un certificado de familia y reconoce el derecho a los servicios.
“Se planificó como prioridad atender la vulnerabilidad ¿Qué pasó en este poco tiempo? Parecería que los barrios no son la prioridad”, expresó.
Finalmente, aseveró que detrás de esta situación se encuentra un gran peligro: entregar los barrios al narcotráfico. En cambio, “cuando se da la posibilidad de obras y trabajos se está ayudando a la integración de quienes viven allí”, sumó. Por eso, llamó a unir los esfuerzos y buscar soluciones colectivas.
Medio Publicado: La Voz del Interior
Temática: UCC
Autor/Redactor: Benita Cuellar
Fecha de Publicación: 02-09-2024