Publicado el 12-01-2025 en La Voz de San Justo

Fernando Mosca, entre diseño y espiritualidad

El arquitecto sanfrancisqueño Fernando Mosca visitó nuestra ciudad, y conversamos con él para conocer más sobre su vida, su visión de la arquitectura y sus actuales proyectos.

Fernando César Mosca, arquitecto oriundo de San Francisco, regresó a su ciudad natal y compartió su historia y carrera en el viejo continente. Desde sus primeros trazos en el barrio Roca hasta liderar un prestigioso estudio en Milán (Italia), reveló cómo su pasión por el diseño y las raíces familiares influyeron en su exitosa trayectoria.

El arquitecto relató que nació en San Francisco y vivió su infancia y juventud junto a su familia en una casa ubicada en Castelli y Colón, en pleno corazón del barrio Roca. Realizó sus estudios primarios en la Escuela Iturraspe y fue parte de las primeras promociones del Instituto Pablo VI, que recién iniciaba como colegio en esa época.

“Luego de estudiar arquitectura en la Universidad Católica de Córdoba, tuve una breve experiencia de trabajo aquí en San Francisco. Sin embargo, finalmente decidí mudarme a Milán”, contó a LA VOZ DE SAN JUSTO.

¿Qué lo motivó a estudiar arquitectura?

Estudié arquitectura porque siempre me gustó dibujar; pasé toda mi infancia dibujando. En arquitectura, el dibujo es fundamental. Con el tiempo, uno aprende sobre proporciones y otros aspectos, pero la base es tener el lápiz en la mano. Aunque hoy contamos con herramientas tecnológicas, dibujar sigue siendo esencial. Además, mi abuelo y mi papá eran carpinteros, así que crecí en un entorno donde se fabricaban cosas.

Al momento de elegir carrera, pensé en estudiar medicina porque me gustaba mucho, pero, a una semana antes de comenzar, decidí seguir lo que realmente sentía: la arquitectura y mi deseo de hacer casas.

¿Qué significa hacer casas?

Una casa tiene un significado profundo: es protección. Muchos de nuestros ancestros, inmigrantes que llegaron a este país, buscaban justamente eso: un refugio. Mi intención era construir ese espacio de resguardo.

Hace 40 años vive en Milán, Italia. ¿Cómo llegó allí?

Llegué a Milán recorriendo el camino inverso al de mi abuelo Atilio Mosca, quien emigró de Italia en 1922 desde Ancona hacia Argentina. Yo fui el primero de la familia en regresar.

No sabría decirte por qué lo hice; sentí que algo más allá de mis decisiones me guiaba. Llegué sin trabajo ni casa. A las dos horas y media, una colega, Gabriela Bettini, y su esposo, Roberto Sargiotti, nos recibieron y nos contaron que un estudio importante de Milán buscaba arquitectos con ciudadanía italiana.

Yo ya la tenía desde 1983. Corría el año 1986, así que fui a la entrevista. Se trataba del estudio que diseñaba las boutiques de Gianni Versace, un lugar de renombre internacional. Me ofrecieron una prueba, trabajé allí ocho años y luego decidí abrir mi propio estudio.

¿Cómo fue el recorrido hasta tener su propio lugar?

Era muy joven, tenía 26 años, y viajaba por todo el mundo, ya que el estudio me enviaba a diferentes países. Trabajé intensamente, porque al llegar a otro país, uno debe hacerlo, ya sea por necesidad económica o por el deseo de aprender otra cultura. Ser arquitecto en Argentina no es lo mismo que serlo en Italia; los conceptos cambian.

¿Y Milán es una ciudad clave para desarrollarse?

Milán es la ciudad más europea de Italia, conectada con las principales capitales del continente. Además, junto con París, es el centro de la moda y siempre ha sido importante en la producción de muebles, lo que genera un movimiento constante de diseñadores.

La inspiración, que es como una nube, está presente todo el tiempo. Si te desconectás de esa nube podés perder la conexión creativa.

En 2015, Milán dio un gran salto con la Expo Internacional. ¿Cómo impactó eso?

La Expo convirtió a Milán en un destino turístico constante. Ahora es una maravilla para vivir. Mi estudio lleva 30 años en el centro de la ciudad, cerca de la casa de Giorgio Armani y de donde vivía Santo Versace.

Nos dedicamos a la arquitectura, al diseño de interiores, y al diseño de productos, siempre buscando transmitir significados estéticos, funcionales, estructurales y tecnológicos.”

En sus redes menciona la importancia del entorno en el diseño de locales comerciales.

El diseño de tiendas es clave en nuestro estudio. El espacio comercial debe atraer al cliente ya desde una escala urbana hacia la vidriera, lograr que entre, y que una vez dentro pase allí el mayor tiempo posible, esto genera un notable aumento en las ventas. Contratar un arquitecto especializado es una inversión que genera grandes beneficios.

Usted también habla sobre reciclar y proyectar espacios verdes.

Si, es verdad que uno de mis intereses en este momento es la sostenibilidad de los proyectos, o sea el logro de lugares donde el Ser pueda fabricar momentos felices. Trabajamos con el grupo cordobés Bioterapia El Despertar en lo que llamamos: “Arquitectura del Sentir”. Se trata de un enfoque que busca coherencia entre lo racional, emocional y energético, lo que se refleja en cada etapa del proyecto y en el resultado final.

Y con respecto a esto de la arquitectura del sentir, ¿Quiénes son los profesionales que entran en juego? ¿O los otros integrantes del equipo?

Los otros integrantes del equipo son los dos creadores de la Bioterapia El Despertar que son los Maestros Sol Martínez y Gustavo Herrero, además la maestra Liliana Soria y mi esposa Marcela Leonardi. Y luego estoy yo como profesional arquitectónico. Es un grupo articulado que da respuesta arquitectónica integrando la parte energética-espiritual.

Por lo tanto, la casa comienza a tener significados diferentes. El suelo simboliza las raíces familiares, los muros tienen que ver con quienes nos relacionamos, y el límite superior, el techo, simboliza nuestra relación con lo divino. De este modo, la arquitectura transforma sus significados. Y muchas veces, obviamente, no estamos atentos a todo esto. En mi caso, después de haber superado 40 años de profesión, entrar en esta dirección, cuando todo el mundo está hablando de inteligencia artificial, me abre un panorama enorme.

¿En qué sentido?

Porque la inteligencia artificial se basa en un compendio de todo lo que toda la humanidad ya sabe. Esa sabiduría está ahí, al alcance de todos y la podés ir a buscar. En cambio, la parte emocional-energética te conecta con lo espiritual, es decir, con otra dimensión, uniéndose cielo-tierra, y estamos hablando siempre de ciencia, que en este caso es la física cuántica.

Entonces, obviamente, que los grandes significados, no los podés ir a buscar en algo que ya está conocido.

Desde estos significados más profundos nos acercamos a la identidad de la comitencia que nos contrata. Por ende nuestra arquitectura no sigue una moda sino que es el modelar la identidad de nuestro cliente.

Ahora bien, si ustedes están ubicados en Milán igualmente pueden trabajar a nivel mundial

Exacto, en ese sentido no hay límites. Nosotros trabajamos y hemos desarrollado proyectos en diferentes partes del mundo.

Aquí, en San Francisco, estamos haciendo un proyecto para la Fundación “Hermanados por un Sentimiento”, de Silvia Elia Squaiera, con la importante asistencia local de la Arq. Jimena Franco.

Nuestro servicio internacional cuenta siempre con la asistencia de arquitectos locales, que permite conservar la esencia del proyecto.

Tenemos proyectos realizados en toda Europa, China, Hong Kong, Estados Unidos, Ucrania, Rusia, Dubai entre otros lugares.

Por otro lado, en este momento también tenemos una partnership junto con un colega de Baku, Azerbaiyán, Arq. Rafael Abbasov. Hemos creado el estudio Fernando & Rafael, con el cual estamos trabajando en Europa y Medio Oriente.

Qué significado tiene hacer algo en San Francisco, su aldea

Yo relaciono aldea con mis raíces. Por lo tanto, para mí, hacer un proyecto acá tiene infinitamente más valor que cualquier otro sitio.

Qué otros proyectos están llevando a cabo

En este momento también tenemos un proyecto en España, en La Coruña, la farmacia del futuro en Florencia, un proyecto residencial en el sur de Italia.

Por otro lado soy director artístico de un prestigioso grupo italiano especializado en iluminación y life style. Ellos están interesados en venir a la Argentina.

En Torino (Italia) estamos realizando un proyecto de regeneración urbana en una abadía del siglo XII. Es un proyecto de 16.000 metros cuadrados que cuenta con hotel boutique y spa, Museo de la escritura, laboratorios artesanales de alta gama del made in Italy residencias de lujo, jardines centrales dedicados a huertos y productos que apoyan el concepto de “ciudad de los diez minutos”.

Además, con un grupo de Buenos Aires, hemos empezado las tratativas para hacer proyectos dedicados al deporte en una zona prestigiosa de New York.”

Y para usted hoy, ¿qué es la arquitectura?

“Esta es una linda pregunta. Para mí la arquitectura siempre fue mi estilo de vida.

Los que comparten mi vida, en mi caso Marcela, sabe que nosotros viajamos, hacemos turismo, pero siempre vinculado a lo que es la arquitectura. Para mí, prácticamente todo giró alrededor de ella.

Pero esta cuestión no significa un peso ni un condicionante, sino que es una oportunidad para ir aprendiendo cosas. Cómo dice Enric Corbera: “Si esto es trabajo, yo no trabajé ni un día”. Y otra cosa importante, para mí, arquitectura es búsqueda constante. Así llego también al campo de la espiritualidad. También me gusta escribir, estoy escribiendo sobre la arquitectura cuántica, como un modo diferente de ver la arquitectura.

En este último ámbito tengo distintos maestros. Uno de ellos, Italo Pentimalli, que es un gran buscador de la filosofía cuántica, creador del Cervello Quantico, con quien me estoy formando desde hace cinco años.”

Preservar la identidad

El reconocido arquitecto Fernando Mosca se pronunció acerca de la propuesta impulsada por la municipalidad de San Francisco para abrir calles en la Plaza Cívica, un espacio emblemático en el centro de la ciudad. Mosca expresó su perspectiva y propuso alternativas para preservar la identidad del lugar mientras se adapta a las necesidades urbanísticas actuales.

“Conocí esta intención hace unos años y, tras hablar con el ingeniero Luis Leonardi, quien junto al Intendente Peretti posicionó el monumento a San Martín en el centro de la plaza, surgió una inquietud: abrir calles interrumpiría el paseo tradicional de la Plaza Cívica, una característica distintiva de nuestra ciudad”, explicó.

En respuesta a esta propuesta, Mosca diseñó un croquis que plantea una solución innovadora. “En lugar de abrir simplemente una calle, propuse integrar el concepto de puentes o pasarelas verdes, que permitirían el tránsito vehicular sin interrumpir la continuidad del paseo peatonal. Estas pasarelas, cubiertas de vegetación, preservarían el carácter de la plaza, brindando una nueva dimensión temporal y estética a San Francisco”, detalló.

El arquitecto también cuestionó la necesidad funcional de abrir la plaza al tránsito vehicular, señalando que las calles alternativas están a pocos metros. “No sé cuánto se justifica realmente esta apertura. Si bien entiendo que las intervenciones urbanas pueden ser positivas para el desarrollo futuro, creo que deberían evaluarse cuidadosamente tanto desde lo funcional como desde lo estético”, concluyó.

Mosca dejó abierta la posibilidad de mejorar la propuesta inicial, destacando la importancia de mantener el equilibrio entre modernización y preservación de la identidad urbana. “San Francisco tiene una rica historia arquitectónica, y cualquier intervención debe ser respetuosa con su legado”.

La discusión sobre el futuro de la Plaza Cívica sigue generando opiniones encontradas en la comunidad, evidenciando la necesidad de un diálogo abierto y participativo.

El legado de Rafael Macchieraldo

El arquitecto Fernando Mosca rindió un sentido homenaje al fallecido Rafael Macchieraldo, figura clave en el desarrollo arquitectónico de San Francisco. Mosca destacó no solo el talento y la excelencia profesional de Macchieraldo, sino también su calidez humana, que lo convirtió en una referencia para varias generaciones.

“Para todos los de mi edad y muchos otros, Rafael Macchieraldo fue una figura icónica. En mi casa siempre se hablaba de él con respeto y admiración. Además de ser un profesional de excelencia, su sensibilidad y calidez como ser humano lo convertían en una figura de referencia. Era un gusto encontrarlo y compartir momentos de alegría y reflexión”, expresó Mosca.

Entre las obras más emblemáticas de Macchieraldo, Mosca mencionó la intervención en la catedral local, un proyecto innovador que generó críticas en su momento pero que hoy sigue siendo un ícono arquitectónico. “Sus obras hablan por sí solas. Ayer pasé frente a la catedral, y la primera imagen que me vino a la mente fue la de él. Fue un maestro que siempre buscó darle identidad a sus proyectos, aun enfrentando opiniones divididas”, recordó.

Mosca también subrayó la colaboración estrecha que Macchieraldo mantenía con ingenieros y otros arquitectos destacados de la época. “En esos años se trabajaba muy cerca con la ingeniería. Mi suegro, el ingeniero Leonardi, colaboró con él en varias ocasiones. Era una unión de maestros: Boscato, Leonardi, Macchieraldo, Magistrello, y si bien más joven también Cornaglia... Todos ellos dejaron un legado que hoy forma parte de la identidad de San Francisco”, señaló.

El legado de Rafael Macchieraldo perdura, no solo en sus obras, sino también en la memoria de quienes lo conocieron y valoraron su aporte a la arquitectura y la comunidad.

Medio Publicado: La Voz de San Justo

Temática: UCC

Autor/Redactor: María Laura Ferrero

Fecha de Publicación: 12-01-2025