Publicado el 12-08-2023 en La Nación

Escuela de negocios jesuita: qué formación propone el task force del Papa Francisco

Cuando Bergoglio era Provincial de la orden creó en Córdoba el ICDA, que hoy propone un “capitalismo consciente”.

CÓRDOBA.- Los jesuitas tienen más de 500 años de historia y, con el argentino Jorge Bergoglio, su primer Papa. Son caratulados como “intelectuales”, cuentan con unos 4.000 centros educativos alrededor del mundo y unas 200 universidades. Sus expertos en educación de 80 escuelas de negocios trabajan en una suerte de GPS para los empresarios; constituyen el task force de la orden.

En Córdoba, provincia que fuera sede de la orden en lo que hoy es la Argentina, está la escuela de negocios ICDA, de la Universidad Católica, fundada en 1975 por el actual Papa Francisco, por entonces Provincial de la orden. Es una de las que trabaja en el “paradigma inspirador para la educación empresarial jesuita” que se lanzó hace cuatro años en el marco de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas.

“Lejos del populismo”, aclaran algunas de las fuentes consultadas por LA NACION conocedoras de que en la Argentina hay quienes encasillan así al Papa Francisco. Eligen el concepto “capitalismo consciente” para definir la línea en la que trabajan y enfatizan que, en la pospandemia, esa es la tendencia en buena parte del mundo.

Cristina Giménez Thomsen, profesora y directora de Identidad y Misión de la Esade de Madrid, e integrante de los comités del task force,en diálogo con este diario repasa que, en su creación, la Compañía de Jesús definió que trabajaría para transmitir la fe y en la “justicia social, por los pobres”. En paralelo, crearon los primeros colegios para formarse ellos, pero comenzaron a recibir a la gente común.

“Después del cisma de Lutero deciden permanecer en la Iglesia Católica y la ayudan a transformar; en el siglo XV se ponen a disposición del Papa para ir por todo el mundo, compartir su espiritualidad y su forma de hacer -continúa Giménez Thomsen-. Trabajar por la justicia social no es solo dar asistencia a los pobres, sino que hay que formar a las personas para que cuando ocupen posiciones de poder cambien las estructuras”.

Subraya que aportan investigaciones “sólidas, evidencias” para “hacer negocios de otra manera; para tener impacto económico, social y en el medio ambiente. Hay que transformar estructuras, no apretar y generar más pobres”.

En las reuniones de las escuelas de negocios jesuitas participan empresarios importantes de todo el mundo; hace unas semanas en el último congreso mundial de la Asociación Internacional de Escuelas de Negocios Jesuitas (IAJBS) estuvo Ángel Rivera, CEO de Santander España; Jeffrey Sachs es uno de los economistas que interviene periódicamente o hay casos como el de la multinacional estadounidense Barry Wehmiller que directamente creó una academia de valores humanísticos.

“El sector empresarial puede ser una fuerza para el bien en la sociedad y hacer contribuciones importantes para el bien común -enuncia Joseph Phillips, decano de la Albers School of Business and Economics (Universidad de Seattle)-. Esta contribución positiva no puede darse por sentada y debe fomentarse; no fortaleceremos el bien común si las empresas solo persiguen el afán de lucro, deben comprender que hay múltiples partes interesadas y responsabilidades con los clientes, socios, su comunidad y con el planeta, no solo con sus propietarios”.

Ratifica que las escuelas de negocios que adscriben al ideario jesuita deben “preparar” líderes empresariales que “comprendan” el “importante” papel que deben desempeñar las compañías en una sociedad mejor. Phillips advierte que estas instituciones son relativamente nuevas, ya que alcanzaron una “masa crítica” en los últimos 50 años. La IAJBS nació en 1991.

Gisela Veritier, directora del ICDA, plantea que todas las empresas con buenas prácticas, en algún punto, aplican “algún valor jesuita” y enfatiza que el impacto social que se busca no es el de la caridad, sino el de la transformación social.

Menciona que la encíclica Laudato Si, publicada en 2015 por el Papa Francisco, es en buena medida el punto de partida del think tank de las escuelas de negocios. El texto tiene como uno de los ejes que la actividad empresarial es una “noble vocación” orientada a “producir riqueza y a mejorar el planeta”.

“Con los avances tecnológicos no solo vemos que subsisten las brechas sino que la injusticia social también se dará por la brecha digital -reflexiona Veritier-. En el mundo se habla de capitalismo consciente que es lo que los jesuitas llevan siglos enseñando”.

Sustentabilidad y propósito

Los jesuitas se han sabido “adaptar”, apunta Phillips, y eso es lo que los mantiene “vitales con 500 años”; toma el concepto para referirse a que en la actualidad la flexibilidad es clave para poder moverse en una economía globalizada, con “vocaciones en declive; cambio tecnológico veloz; crisis políticas globales y alianzas cambiantes”.

“Los jesuitas se adelantaron al juego y otros se están poniendo al día con la idea de que las empresas tienen un rol vital para resolver los muchos desafíos. No es un papel que surgirá del laissez faire; debe ser cultivado y nutrido”, define.

Las “cuatro C” condensan el ideario para los líderes empresarios, se refieren a que deben ser conscientes, competentes, compasivos y comprometidos. Son dimensiones “integradas -advierte Giménez Thomsen-. No se trata de ser un empresario agresivo de 8 a 16 y después hacer un voluntariado”.

Explica que promueven que se cultive la dimensión espiritual que -independientemente de una creencia religiosa- es la que “da sentido, valores, propósito” y que, en un mundo cambiante, permite “gestionar tensiones”. Sostiene que en las escuelas de negocios jesuitas aplican una pedagogía transformacional en la que además de la competencia, hacen hincapié en la experiencia, en el contacto con otras realidades y en una “reflexión profunda” que se logra a través de preguntas que son las que “conectan con la dimensión espiritual”.

Con la pandemia los principales think tanks del mundo empezaron a replantearse sus idearios; en el Foro Económico Mundial se habló de “reseteo” de la economía. “Los desastres ambientales, la ola de innovación, la crisis sanitaria, todos son factores que obligaron a reflexionar sobre el mundo en el que estamos y el modo de hacer negocios -subraya Veritier-. Están más presentes que nunca el conocer, hacer y reflexionar ya que pasamos de la incertidumbre a lo impredecible”.

Medio Publicado: La Nación

Temática: ICDA

Autor/Redactor: Gabriela Origlia

Fecha de Publicación: 12-08-2023