Publicado el 28-03-2023 en La Voz del Interior

La cordobesa que todos los años lleva asistencia sanitaria al monte chaqueño

Ella se sentía cómoda, tenía su familia, su casa, trabajaba, cumplía con la rutina y estaba tranquila con su vida. Sin embargo, un día todo su mundo dio un giro inesperado. Un viaje a Río de Janeiro, en Brasil, una apuesta y una monja fueron el puntapié inicial de una historia de valentía, perseverancia e hidalguía.

Viviana Yzaguirre nació en General Levalle, en el sur de Córdoba, pero vive en Alta Gracia. Se desempeña como médica, es fundadora de la asociación civil Todo Por Todos y en 2022 fue galardonada con la reconocimiento mayor en los premios Abanderados de la Argentina Solidaria.

Su organización brinda asistencia médica y contención emocional a comunidades en situación de vulnerabilidad en el monte chaqueño. Cada año, junto con un grupo de jóvenes profesionales de la salud, viajan a Taco Pozo, una pequeña localidad ubicada a 466 kilómetros de Resistencia, en Chaco.

LOS INICIOS DE LA FUNDACIÓN

El comienzo de esta fundación se retrotrae a 2013. Viviana y su familia hacen un viaje a Río de Janeiro para poder ver al papa Francisco en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud. En medio de toda la multitud, ella logró divisar a un monja con su hábito gris, lo que llamó la atención de Viviana. Los colores de su vestimenta le hacían recordar a su infancia, ya que había sido criada en un convento en el sur provincial, recuerda la mujer en diálogo con La Voz.

Inmediatamente le contó a su familia y les dijo, convencida, que esa mujer pertenecía a la congregación de la Misericordia. Su esposo y su hijo, descreídos por la situación, le jugaron una apuesta a Viviana. Ella se acercó, le preguntó a la religiosa y se cumplió su presunción. Cruzaron algunas palabras, le dijo que su nombre era Beti, que vivía en el Chaco y se tomaron una foto.

Luego de esta experiencia, algunas frases y palabras que dijo Francisco quedaron resonando en su cabeza, como la importancia de “salir de las propias comodidades”.

En agosto de ese mismo año, se contactó nuevamente con la monja y le preguntó qué hacía falta en el Chaco porque ella iba a ir. La religiosa le dio una larga lista de insumos necesarios. Viviana alquiló una Trafic, la llenaron a tope de capacidad y junto con siete personas partieron hacia el Impenetrable. Desde aquel octubre, la necesidad de las comunidades y la vocación por su trabajo los llama a volver cada año.

EL PRIMER IMPACTO CUANDO LLEGÓ AL MONTE

La primera vez que se adentraron en el monte chaqueño, Viviana lo definió como un “viaje de estudio”. Muchas de las cosas que habían llevado poco servían para las necesidades de los habitantes de la comunidad de Taco Pozo. Al año siguiente y con el correr de las misiones, fue conformando un equipo de casi 50 profesionales que durante dos días brindaron asistencia a niños, a niñas, a adultos y a ancianos.

Cuando llegaron, el impacto cultural fue gigante, tanto para ellos como para los habitantes. “Resultó evidente que no hemos sabido, como sociedad y como Estado, acercarnos y respetarlos a ellos desde lo que piensan, creen y descienden. Hemos intentado avasallar con todas nuestras costumbres, dando por hecho que lo nuestro es lo mejor; entonces hay un choque cultural muy grande. El Estado va y les construye una casa prefabricada, y ellos siguen durmiendo afuera, eso es complicado”, explica la médica.

La desnutrición en aquella parte del país fue también un cachetazo de realidad para ellos. Y eso es lo que la llama a volver cada año. “Son lugares a donde el Estado claramente no llega, y nosotros sí podíamos hacerlo. Esa es una de las cosas que me motiva a volver: la falta de recursos, la falta de oportunidad”, describe. Y añade: “Me da rabia e impotencia. Pero a la vez me da mucha satisfacción al ver que la vez anterior tenía un chico desnutrido y al año siguiente pasó a ser un bajo peso o más”.

A la vez que asegura que cuando está en el terreno, “le dan ganas de poner a unas cuantas personas en fila, y es el Estado. Si ellos actuasen como debieran, ni siquiera existirían las fundaciones”.

EL TRABAJO EN LAS COMUNIDADES CHAQUEÑAS

Cada año que llegan, lo primero que hacen es levantar un hospital de campaña. Allí realizan atenciones primarias y un relevamiento de salud de todos los habitantes de la localidad.

En las misiones van acompañados de psicólogos, fonoaudiólogos, odontólogos, ginecólogos, pediatras, kinesiólogos y médicos, entre otras especialidades. La mayoría de los profesionales son de Alta Gracia, pero también participan profesionales de todo el país. Además, realizan talleres de oficios para impulsar la economía y promover un futuro mejor para ellos mismos.

En la última misión realizada en 2022, se brindó atención médica a 436 personas: 98 adultos y 338 niños. Asimismo, como cada año, dejan una farmacia con medicamentos para al menos un año.

CONVENIO CON UNIVERSIDADES DE ARGENTINA

Todo por Todos tiene convenios con la Universidad Católica de Córdoba (UCC) y la Universidad del Litoral de Santa Fe. Estudiantes de los últimos años de las carreras de Medicina y de Veterinaria de estas casas de estudio participan en cada viaje y trabajan en la asistencia de los habitantes de la comunidad, como así también en el cuidado de los animales.

El chagas y las enfermedades en la piel son algunas de las principales afecciones que atienden los médicos, debido a las precarias edificaciones y el escaso acceso a los servicios básicos. A pesar de ello, una buena noticia es que, con el correr de los años y gracias a la ayuda de la ONG, las comunidades van mejorando en cuestiones de salud.

La imagen del trabajo que viene realizando esta fundación se refleja en una persona: Fede, un chico con síndrome de Down. Cuando Viviana lo conoció, estaba desnutrido y su peso era de apenas 790 gramos. Hoy, Fede pudo comenzar el jardín de infantes y su contextura física fue notablemente mejorada desde que la fundación llegó a él.

MOSTRAR OTRA PARTE DE LA ARGENTINA A LOS MÁS JÓVENES

El deseo de los jóvenes médicos de ir a África para ayudar a niños y a niñas desnutridas está, en realidad, más cerca de lo que ellos piensan, cuenta Viviana. En Argentina, esa realidad está próxima. “Yo les pregunto: ‘¿Quieren la foto con el negrito y el cuervo en la cabeza?’. Déjense de joder, vamos al Chaco y les ofrezco una vinchuca en una mano y un niño desnutrido en el brazo”, ironiza.

Lo cierto es que cada año son más los jóvenes que se enlistan para viajar con la fundación. Incluso, existe hasta una lista de espera de estudiantes que están próximos a terminar su cursado y quieren ser parte de esta experiencia.

“Para los chicos, es un impacto importante. Quedan totalmente convencidos de que la historia va por ahí. Tienen otra cabeza. No tiene competencia. Son equipo, yo les enseño a hacer equipos de trabajo. Les enseño que si nos equivocamos, no importa, resolvámoslo entre todos”, cuenta Viviana.

Al momento de convencerlos para sumarse, ella les relata todo lo que pueden encontrar y les advierte que, una vez allá, ya son médicos: “Con estetoscopio y tensiómetro, con lo que revisan y con lo que te acordás, tenés que llegar a un diagnóstico”.

Todo el trabajo que se viene realizando con los jóvenes ha desembocado en un convenio con la Universidad Católica de Córdoba para que la fundación Todos Por Todos acompañe a los futuros médicos a San José Boquerón, una comunidad en Santiago del Estero, para hacer trabajos similares a los que realizan en Chaco y en comunidades wichís en Salta.

En este sentido, la médica expresó que “lo que me motiva a hacer esto es que los jóvenes no se vayan del país, se queden en nuestra querida Argentina para colaborar y ayudar a un interior que está sangrando”.

CAMBIO DE VIDA PARA VIVIANA

Desde 2013 en adelante, con todas las experiencias de recorrer el país, llevar ayuda a los más necesitados y comprender la distancia cultural que hay en ciertas partes de la Argentina, llevaron a Viviana a cambiar su vida por completo. “Antes estaba muy cómoda. Sabía que existía, pero no lo conocía de fondo. Ahora que me involucré, me gané desvelos, despelotes, preocupaciones”, cuenta la médica. Y añade: “La retroalimentación de todo eso es muy gratificante.”

Ya aburrida de los políticos y de las promesas de campaña, constantemente ella repite “prefiero hacer”. “Aprendí a ver un poco más a mi alrededor”, concluye...

Medio Publicado: La Voz del Interior

Temática: UCC

Autor/Redactor: Juan Pablo Brino

Fecha de Publicación: 28-03-2023